Sí, como lo leéis. Las vacas producen muchas boñigas y, claro, algo había que hacer con ellas. Si lo piensas, es el producto del animal más sagrado de la India. Y realmente les dan un uso muy bueno.
¿Por dónde empiezo? Pues mira, iba yo felizmente en mi rickshaw un día de camino al curro en Ahmedabad, y vi a una mujer sentada amasando algo, y una fila de lo que quisiera que estuviera amasando secándose al sol (como en la foto de arriba). Y yo que soy muy curiosa les pregunté a mis amigos que qué era eso.
—Es caca de vaca.
—¿Qué? ¿Para qué?
—Para hacer paredes.
Sí, gente, digamos que es como adobe. Pero lo mejor de este material es que mantiene las casitas fresquitas en verano y calentitas en invierno. Además, no solo lo utilizan en las paredes, sino también en el suelo, para compactarlo y que no sea de arena. A ver, estamos hablando, obviamente, de pequeñas casas rurales. No, los edificios de veinte pisos no se hacen con esto.
Además, parece que las boñigas son un buen repelente de los mosquitos (algo muy importante durante el monzón en la India) y, en teoría (no he encontrado fuentes científicas que hayan estudiado las propiedades de la caca de vaca, perdón), es un antibacteriano. Se supone que tiene bacterias no dañinas, o incluso beneficiosas para los humanos, lo que contrarresta las perjudiciales. Por otro lado, también hacen bloques con estos excrementos que utilizan como combustible para las hogueras que les calientan o que usan para cocinar.
Y estaréis pensando que qué asco, que tiene que oler fatal. ¡Pues no! Una vez se secan, las boñigas ya no huelen a nada. Aunque trabajarlas no creo que sea agradable.
Bueno, tenía más cosas que contaros de la caca de vaca y de su orina también, pero lo voy a dejar para otro día, que no me quiero enrollar. ¡Que tengáis una buena semana!
Foto de boñigas al sol: Andrew Turner [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.