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Hace unos días, una compañera viajera enamorada de la India me preguntó si había escrito algo sobre los baños indios. No, no lo había hecho hasta ahora, y creo que ya va siendo un buen momento.

Sí, echo de menos a mis amigos, la comida, la cultura india… pero lo que más se echa de menos cuando te vas (bueno, si ya te has indianizado lo suficiente, claro) son los baños. Y es que lo del papel higiénico no es tan buena idea como nos pueda parecer. Pero vamos por partes.

En la India encontramos dos tipos de baños: los occidentales, con su taza del váter normal y corriente, y los turcos, que son un agujero en el suelo. A ver, dicho así suena muy mal, pero alrededor del agujero está la placa turca, que te marca dónde poner los pies y esas cosas.

Un váter turco bien limpito. No, no suelen estar así de blancos.

Este inodoro turco tiene un par de ventajas importantes con respecto a los occidentales. Por un lado, al ponernos en cuclillas, estamos en la posición realmente óptima para la evacuación. Por el otro, cuando vamos a un baño público, sea del tipo que sea, no nos sentamos, ¿verdad? Pues es mucho más fácil ponerse en cuclillas en el suelo que a la altura que tienen los váteres nuestros. Cuando viajaba en la India, si había dos opciones (muchos baños allí tienen al menos uno de cada), siempre elegía el turco.

Estos baños turcos a veces tienen cisterna, y otras veces no. Cuando no hay, se suele utilizar una jarra o un pequeño cubo para tirar agua por la placa. Vamos, que, en vez de «tirar de la cadena», «tiramos del cubo».

 

NIños comiendo en el suelo, la mayoría «sentados» en cuclillas.

¿Inconvenientes? Pues que no estamos acostumbrados, así que hay gente que no es capaz de apoyar los pies completamente en el suelo al estar en cuclillas por falta de flexibilidad, por lo que les cuesta un gran esfuerzo mantenerse agachados. Esto se soluciona con la práctica. Sin embargo, ellos llevan «sentándose» así desde niños.

 

 

 

 

Baño mitad turco, mitad occidental.

Como los indios son siempre de encontrar una jugaad, pues tienen un baño que es tanto occidental como turco a la vez. ¿Que cómo puede ser? Pues aquí lo veis en la foto. Sirve tanto para sentarse como para subirse a él con los pies. También os digo una cosa: a mí no me da nada de seguridad subirme ahí, no sea que me resbale o me caiga, y tampoco me voy a sentar, porque no sé qué pies o zapatos han estado allí, así que en verdad no me parece nada útil, pero bueno…

El viernes, en mi próxima entrada, os hablaré un poco más de los baños indios, ya que os voy a dejar aquí con la intriga de por qué el papel higiénico no es lo mejor. ¡Que tengáis una bonita semana!

 

 

 

 

Crédito de las fotos:

Niños comiendo en el suelo: © Yann Forget / Wikimedia Commons / CC-BY-SA

Baño mitad turco, mitad occidental: Chris Conway, Hilleary Osheroff /  CC-BY-SA 2.0

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