El domingo que viene es Diwali, el festival hindú más importante. Diwali simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad; de la bondad sobre la maldad; de la sabiduría sobre la ignorancia.
Durante el «festival de la luz» hay montones de rituales. Tres de los más comunes son el de hacer rangolis, el de poner velas o diyas (lámparas de aceite) por toda la casa, o el de tirar petardos, del que os hablé el año pasado (y no para bien, precisamente).
En algunas zonas del país, además, Diwali marca el fin del año. De ahí que haya una cuarta tradición también muy extendida en toda la India: la limpieza. Los hindúes se dedican a limpiar sus casas, sus coches, sus oficinas y sus vidas bien a fondo. ¿Qué mejor momento para dejar atrás todo lo malo del año anterior y comenzar con buen pie?
Yo también voy a hacer una limpieza de Diwali. Voy a sacar la ropa de invierno, que ya está aquí, acechando; voy a deshacerme de todo lo que me sobra; voy a guardar en un cajón todo lo malo que me ha pasado en el 2019 y dejar lo bueno bien a la vista; voy a decirle un adiós definitivo a aquellas personas que ya no están en mi vida y darle la bienvenida a las nuevas. Voy a empezar de nuevo.