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Como estamos en pleno Navratri, esta semana no podía pasar sin escribir sobre este festival. Y lo mejor siempre es empezar por el principio. Esta es la historia de Durga:

Rambha, el rey de los asuras, demonios sin ética sedientos de poder, se enamoró de una hembra de búfalo de agua. Esta era, en realidad, la princesa Shyamala, convertida en animal por un rishi al que había ofendido. Rambha se convirtió en búfalo para cortejarla y, absortos en la pasión del momento, no se dieron cuenta de los celos de otro búfalo. Este les atacó y Rambha murió por sus heridas. Shyamala saltó para morir en la pira funeraria de su amante, pero de este fuego nació Mahishasura, un asura que podía tomar forma humana o de búfalo, a voluntad.

Mahishasura, nuevo rey de los asuras, quería derrotar a sus primos, los devas (o dioses bondadosos) de una vez por todas. Para ello necesitaba ser más fuerte, así que se fue a las montañas y rezó e hizo penitencia para el dios Brahma, el creador. Brahma escuchó y decidió concederle un deseo.

Aunque Mahishasura pidió ser inmortal, Brahma le dijo que eso no era posible. En su lugar, el demonio demandó no poder morir a manos de ningún hombre, ni de sus enemigos ni de los devas. Y Brahma le otorgó esta bendición.

Con su nuevo poder Mahishasura formó un gran ejército y conquistó primero la tierra. Después, se dirigió a los cielos, donde vivían los devas. Allí derrotó a Indra (el rey de los devas), así como a la Trinidad (Vishnu, Shiva y Brahma) y todos los demás dioses. Tras años exiliados, se propusieron derrocar a Mahishasura para recuperar su lugar en los cielos y terminar con el reino del terror de los asuras. Pero, ¿cómo? Brahma le había concedido el don de no morir a manos de ningún hombre ni enemigo. No obstante, podía morir a manos de una mujer. Todos los dioses aportaron su poder para crear a una diosa todopoderosa: Durga.

Durga es una diosa guerrera que lleva un arma en cada uno de sus múltiples brazos y monta un león. No es violenta porque le guste la guerra, sino por necesidad; para proteger al oprimido. Durga fue al encuentro de Mahishasura, el cual la despreció y menospreció como guerrera por ser mujer. Durante nueve días y nueve noches Durga y Mahishasura lucharon sin tregua, hasta que el décimo día la diosa venció y restableció la paz en los reinos de la tierra y del cielo.

Y para conmemorar esta lucha, todos los años, en otoño, se celebra Navratri (nav = nueve, ratri = noches) con nueve noches de bailes y rituales. El décimo día, Vijayadashami, se celebra la victoria del bien sobre el mal a manos de una mujer poderosa.

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