Empieza un año nuevo y todos nos ponemos a reflexionar sobre qué ha supuesto el que termina, y qué esperamos para el futuro. El 2018 fue el año en el que publiqué Lo que la India me enseñó, y el año en el que volví a España, y el año en el que empecé a contaros detalles de la India en este blog. También ha sido el año en el que he empezado a escribir el «Proyecto DG», en el que continuaré contándoos las aventuras de Dafne.
El 2018 ha traído muchos cambios, y quiero pensar que todos para mejor, aunque algunos hayan sido más duros que otros. Como os decía, no ha sido un año malo del todo, pero me alegro de decirle adiós. Llega el 2019, ya ves, qué tontería, dividir nuestras vidas en una fecha al azar, como si hubiera una clara separación entre lo que ocurre en nuestras vidas antes y después de esas doce uvas. Mi 2019 llega como llega a consecuencia de lo que viví y elegí en el 2018, en el 2017, en el 2013 e incluso en el 2000. Y aunque sea una tontería, me gusta pensar que lo de antes del 31 de diciembre queda atrás, y que lo que vendrá será mejor.
Espero que hayáis despedido un fantástico 2018, y que el 2019 sea extraordinario. Yo voy a seguir compartiendo el año con vosotros, con pequeñas entradas plagadas de detalles triviales, pero reveladores, de la India. Y espero que los disfrutéis conmigo.
Feliz año.