La India. El país del amor. Al menos del amor físico, gracias a su conocidísima obra Kamasutra, o «El tratado del placer». ¿Y el romanticismo? Este no queda relegado a las comedias de Bollywood como DDLJ o Dil Dhadakne Do, ni a los consejos del Sexperto. Ni tan si quiera a webs para buscar cónyuge. No. Miles de parejas celebraron ayer San Valentín.
Pero San Valentín no es una tradición propia de la India, ¿no? —os estaréis preguntando—. Pues no. Pero nosotros nunca habíamos tenido Halloween ni a Santa Claus y aquí nos tienes. Consecuencias de la globalización. San Valentín es un día para celebrar el amor y, de paso, para que las tiendas hagan su agosto particular en febrero.
Como decía, San Valentín no es una tradición india. Y hay algunos grupos políticos hindúes conservadores y bastante extremistas que no quieren que nos olvidemos de eso. San Valentín es, para ellos, un día de influencia moral negativa para los pobres e inocentes indios. Para Hindu Mahasabha y Shiv Sena, entre otros, supone un ataque frontal de la cultura occidental a la cultura indostana. Además, consideran que este tipo de celebraciones aumenta los matrimonios entre castas o incluso entre religiones, y así ellos «pierden» mujeres hindúes, porque al casarse con musulmanes, se convierten al islam.
Para ellos, San Valentín es un día para salir a la calle y evitar que los jóvenes se amen en público o en privado. O para que formalicen su situación. Aquí una pequeña lista de las actividades que han realizado en los últimos años:
- Destrozar mesas, cristaleras, etc. en cafeterías o restaurantes donde haya parejas o que celebren San Valentín. El año pasado un miembro del partido declaró: «También hemos avisado a los dueños de estos establecimientos de que no organicen eventos de San Valentín. Pueden sufrir riesgo de daños materiales, y los propios dueños serán los responsables.»
- Quemar tarjetas de San Valentín.
- Lanzar tomates podridos a parejas que paseen a orillas del río.
- Bendecir un palo el día antes para pegar a las parejas el 14 de febrero.
- Obligar a las parejas a casarse. ¿Cómo? Pues a una pareja en la calle se le obliga a realizar un ritual que consiste en poner una guirnalda (un collar de flores) alrededor del cuello del otro. La otra opción en este artículo, atar un rakhi, un tipo de pulsera, es algo que se hace entre hermanos, por lo que «eliminaría» la posibilidad de que fueran pareja.
- Informar a los padres de que sus hijos tienen novio/a. Si le dices a alguien que le quieres por Facebook, ¡cuidado! Hablarán con vuestros padres para que os casen y os metan en cintura.
Aunque la verdad es que parece que se han calmado. Claro, al fin y al cabo son partidos políticos y necesitan votos. Y la juventud de un país son muchos votos que perder. Así que parece que en los últimos años se van dando menos de estos casos.
¿Y este año? Bueno, ayer 10 000 niños prometieron que no se casarían sin el consentimiento de sus padres. Quizás sea el mismo lobo, pero con piel de cordero. También ha habido un par de casos aislados de matrimonio forzado y de jóvenes huyendo despavoridos de un parque con sus parejas.
Estéis en India o en cualquier otro lugar del mundo, espero que ayer os quisieran mucho. Y, sobre todo, que vosotros os queráis mucho. Yo os mando amor desde estas líneas. ♥♥♥
Autor de la fotografía del Taj Mahal: Dennis Jarvis