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Cuando piensas en celebrar un cumpleaños, seguro que te imaginas una tarta con unas velas encima que hay que soplar. Es algo bastante universal (digo bastante porque, la verdad, no sé si todos los países lo hacen). Pero hay algunas prácticas cumpleañeras que no son tan internacionales. En India yo descubrí unas cuantas.

Para empezar, la tarta se suele cortar y comer a las doce de la noche. Es decir, en el mismo momento en el que empieza el día de tu cumpleaños. Aunque te tengas que levantar a las seis, es muy probable que, si estás en la India, alguien te llame a esa hora o que incluso tus compañeros de piso te despierten para cantarte el cumpleaños feliz (aunque estés ya en el quinto sueño).

La forma de comer la tarta no se reduce, además, a cortarla y que cada uno coja un trozo. Esto es todo un ritual: alguien corta un trozo, lo coge con la mano y lo lleva directamente a la boca del cumpleañero. Aquí pueden limitarse a dejar que le dé un mordisco, o pueden intentar meterle el trozo entero en la boca, o hasta embadurnarle la cara con él. Ya depende de las confianzas o de lo graciosillo que se sienta el que da de comer. Ahora el cumpleañero coge lo que queda del trozo (si queda) u otro pedazo de la tarta y se lo ofrece, directamente en la boca, al que le acaba de «alimentar».

Este ritual puede (siempre que no haya demasiada gente) repetirse con todos y cada uno de los que se han presentado a las santas doce de la noche. Bueno, lo de medianoche no es obligatorio. Hay casos en los que se come durante el día, claro.

Otro detalle de este ritual de darse de comer unos a otros, es que normalmente la primera persona que ofrece la tarta al cumpleañero es su persona más cercana (cónyuge,  pareja, amigo del alma…). Aunque a veces puede ser simplemente quien esté a su lado.

Pero yo no había venido aquí a hablaros de la tarta (es que me he liado), sino del «equivalente» a los tirones de orejas. En España tiramos de una oreja del cumpleañero tantas veces como años cumpla, seguido en ocasiones de «una de regalo, una de repuesto y una para que te acuerdes de mí» o algo parecido. Bueno, pues en India no se tiran de las orejas. Que tampoco es algo agradabilísimo, así que está bien, ¿no? ¡No! Está fatal, porque tienen algo peor: birthday bumps o «patadas de cumpleaños». Al pobre cumpleañero se le coge por las manos y los pies entre unos cuantos y, mientras está suspendido en el aire, el resto se dedican a darle una patada en el culo por cada año. Bueno, es verdad que esto suele limitarse a los niños, pero he visto adultos hacerlo y sufrirlo.

Un par de consejos por si alguna vez tienes que celebrar tu cumpleaños en India: disfruta de la tarta, no tengas miedo a los birthday bumps, porque seguramente no te los den, y no te pongas ropa nueva o que no se lave fácilmente… Y sumérgete no solo en la tarta, sino también en la cultura.

Foto: Kaboompics .com de Pexels

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