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Hoy me han dado una chocolatina japonesa hecha con soja y sakura (que, por cierto, estaba buenísima) y me ha dado por pensar en aquella comida de la India que echo de menos, ahora que estoy en España. Sí, a menudo me acuerdo del biryani, del daal, del chaat (así, en general, de todos sus tipos…), pero intento no pensar mucho en ellos, sobre todo porque no quiero causarme daño psicológico a mí misma de lo mucho que me gustaría comer esas cosas.

Pero lo quiera o no, un gesto amable como el de hoy me trae a la cabeza eso que no es tan fácil de conseguir aquí. Y me he acordado de una fruta. Ya os hablé de la yaca, que es de mis favoritas en la India, de verdad. En España se consigue verde para cocinar como sustituta de la carne, por su textura, pero no madura como fruta. Pero hay otra que no había visto nunca, y que me apasionaba: el nungu.

Bueno, lo llamo nungu porque ese es su nombre en tamil y el que yo aprendí, pero en inglés se llama palmyra o ice apple («manzana de hielo»). Esta fruta es redonda, negruzca, y tiene entre diez y quince centímetros de diámetro. Por lo visto se puede pelar y comer, crudo o cocinado, todo el interior, pero yo no lo he probado nunca. Lo que yo he comido son las semillas.

Normalmente, en las calles del sur de la India encontramos a los vendedores con su carrito lleno de esta especie de coco. Por unas veinte rupias (aproximadamente 25 céntimos de euro), cogerá una fruta y empezará a cortar el exterior con un machete, hasta llegar al interior. Allí encontramos tres discos de un centímetro de grosor y tres o cuatro de diámetro. Están cubiertos por una piel amarillenta. El vendedor nos entrega estas semillas en una bolsa o en un papel de periódico.

    

¿Y cómo se comen? Pues lo amarillo de fuera se puede comer, pero está amargo. Yo siempre le quitaba esa cobertura. Unas veces es más fácil que otras, como pasa, por ejemplo, con las castañas asadas. Una vez que está completamente pelado, mordemos. La textura es gelatinosa, y el interior está hueco y relleno de un líquido tan transparente como el resto. Su sabor es parecido al del lichi, pero más suave.

¿Entendéis por qué echo de menos los nungus? Si voy a Japón a comprar algunas chocolatinas de las que me han dado hoy, puedo pasarme por Tamil Nadu y pegarme un buen atracón de coco fresco, yaca, mangos y nungus… ¿Alguien más se apunta a un tour asiático gastronómico?

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