Cuando era pequeña mi abuelo tenía dos burros. Luego pasó a ser un burro, y luego pasó a ninguno. Uno de esos burros se llamaba Nazario. No me acuerdo del nombre del otro.
Recuerdo que, una vez, mi abuelo iba al huerto, a regar las patatas y esas cosas, y me llevó con él. Y como llevaba a Nazario, me montó encima. Y ahí iba yo, tan feliz, encima de Nazario, sentada a horcajadas. Tendría yo, no sé, a lo mejor cuatro o cinco años…
Por el camino nos cruzamos con tres mujeres:
—¡Pero Eloy! ¿Cómo llevas a la niña así en el burro?
—¡Esa no es forma de sentarse una señorita!
—Siéntala de lado, que es como tiene que ir.
Vaya tres marías… ¿Y por qué decían aquello? Pues porque una dama tiene que salvar el honor de la familia, que, como todo el mundo sabe, va entre las piernas de sus mujeres. Mi abuelo no les hizo caso. No recuerdo qué les respondió (han pasado demasiados años), pero me siguió llevando como iba, que era lo cómodo. Vamos, es que de lado, ¡a ver cómo no se cae una de ahí arriba!
Cuando llegué a la India, esta anécdota se me vino rápidamente a la cabeza. Es muy común que la gente se desplace en moto por allí. Y es muy común que en la moto vaya más de una persona (tres o cuatro fácilmente). Y cuando va una mujer, es muy común que no vaya a horcajadas, sino que se siente detrás, con las dos piernas en un lateral y sujetándose a la moto con una mano.
Sí, es cierto, si llevas un sari, no es posible ponerse a horcajadas. Vamos, te lo tendrías que levantar por encima de la rodilla e ir luciendo piernas, lo que le quita toda la gracia y la elegancia. Aunque tengo que reconocer que yo lo he hecho (en mi defensa, eran las dos o las tres de la madrugada y no me veía nadie). Y un detalle que me parece importante: cuando vas con sari sobre una moto y te cuelga por detrás la tela, vayas sentada a horcajadas o de lado, eso es un peligro. Si se te enreda en la rueda… Yo sentía pánico cada vez que veía a una mujer así.
Entonces, hemos quedado que con sari es entendible. El problema es que no solo las mujeres con sari se sientan así en la moto. También las he visto vistiendo kurtis. Es cierto que la mayoría va a horcajadas, sobre todo las más jóvenes, pero todavía queda mucho de esa idea patriarcal del honor en el coño de las damas en la India.
Apostilla
Quiero terminar mi entrada de hoy con una aclaración: no me gusta criticar a la India, porque hay muchos mitos que no son ciertos y que no quiero perpetuar, y porque me pueden decir desde allí que, como extranjera, qué sé yo. Pero tampoco quiero ocultar lo negativo. La India es un país maravilloso, con una cultura y unas gentes extraordinarias, pero no es un país perfecto, como no lo es ninguno. Y está evolucionando. El patriarcado está muy metido en la sociedad allí, como lo está en la occidental también. Y yo criticaré esto, y lo que considere que hay que criticar, pero también alabaré lo que hay que alabar (como ya os habréis dado cuenta).
Pero que genial texto, muchísimas gracias
Me alegro de que te haya gustado. ¡Y muchas gracias por tu mensaje! 🙂