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Siempre me ha gustado la palabra ‘desazón’. Para mí es ligeramente diferente a un disgusto. Es esa tristeza que queda después de un disgusto. Una pesadumbre sostenida causada por algo que realmente no es una tragedia.

No sé si mucha gente usa esta palabra. Yo se la he oído siempre a mi abuela. No recuerdo ninguna situación en concreto, pero puedo pensar en infinidad de ejemplos en los que se desazonaría. No sé, si se comprara una chaqueta nueva y se le saliera un punto. ¡Qué desazón! O si le quedaran salados los chorizos veganos que ha preparado este año para mí. «¡Chacha, qué desazón!», diría.

Por eso, cuando vi a una persona desazonarse en India, y alguien dijo que «su cara había encogido», supe inmediatamente a qué se refería. Es una expresión muy curiosa, muy gráfica a la vez que nada real. A ver, una cara no puede hacerse más pequeña. Los huesos no se comprimen en una fracción de segundo. Pero puedes imaginarte a alguien casi menguando por una decepción. Si, ya en casa, te dieras cuenta de que te has dejado tu chaqueta favorita en el restaurante, ¿no sientes como si te apocaras? Pues eso.

Y lo mejor de todo es que no solo la usan en hindi (muh chota ho gaya), sino que la traducen literalmente al inglés. Incluso les puedo oír en mi cabeza: “Oh, his face became so small…” cuando le dijimos que no podíamos asistir a su boda. Por ejemplo.

Además, a veces simplemente dicen «su cara se hizo así de pequeña» (muh itna sa reh gaya), acompañado del gesto apropiado:

Espero que la entrada de hoy no os haya desazonado. ¡Feliz viernes!

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