El GST, o impuesto sobre bienes y servicios, comenzó a aplicarse en la India el 1 de julio de 2017, hace menos de tres años. Antes también había impuestos, por supuesto, pero el GST los unificó casi todos (excepto algunos estatales), y añadió otros en los procesos de compra y venta.
Durante meses se habló en India de la futura entrada en vigor del GST. La gente lo comentaba a todas horas; las noticias sacaban el tema cada día; los dueños de negocios se preparaban. Bueno, a algunos aun así les pilló desprevenidos y se tuvieron que poner las pilas en julio porque ya tenían que aplicar ese nuevo impuesto (que es un porcentaje diferente dependiendo del tipo de bien o servicio) en las facturas para poder hacer las dos declaraciones del GST, tanto del pagado como del cobrado, al mes siguiente.
Los gestores debieron de hacer su agosto en julio de aquel año, y poco a poco la gente se fue acostumbrando a ver esta nueva tasa en las facturas o en la misma cuenta del restaurante. Por cierto, es muy común en India que los precios en la carta de los restaurantes aparezcan antes de impuestos y luego te los añadan en la cuenta. Yo solo aviso. Eso sí, hay productos de primera necesidad, como las legumbres, los cereales o las verduras, que están exentos.
Es verdad que, aparte de tener que aprender un proceso nuevo con 26 declaraciones anuales (dos cada mes y dos anuales), otra dificultad a la que se enfrentaron los proveedores de bienes y servicios era el pago del impuesto mensualmente. Ocurría igual que en España, que tú emites una factura y tienes que pagar el IVA (aunque al menos aquí es cada trimestre), la hayas cobrado o no. El problema es que allí muchas empresas dan facilidades a sus clientes para que paguen por los materiales o los servicios que adquieren a los tres o seis meses, y en ocasiones hablamos de cantidades muy elevadas, lakhs o incluso crores, por lo que no podían hacer frente al pago del GST para esas transacciones, porque aún no lo habían cobrado.
Y nada, como ejemplo del revuelo que causó este nuevo impuesto que Modi puso en marcha, la noticia que no te creerías si no fuera porque en la India todo es posible: una familia llamó a su bebé GST (pronunciado algo así como /yiestí/). Esta desafortunada niña nació en la noche entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2017 y a sus padres no se les ocurrió mejor idea. Tendrá que cargar con el nombre de una carga impositiva toda su vida.