Sentada en la terraza, observo la puesta de sol sobre el mar. Mientras tanto, el profesor de kizomba habla con mis compañeros. Hemos quedado para tomarnos unas cañas de despedida. No nos vemos desde que se cancelaron las clases, primero durante quince días, y luego quince más. Y, ahora, definitivamente. Y aquí estamos, con la mascarilla puesta y la máxima distancia entre nosotros.
Nos podemos juntar, pero no lo suficiente como para bailar pegados; y bailar de lejos no es bailar. Ya no puedo dejar caer la mano izquierda suavemente sobre el cuello del profe mientras nos enseña los pasos. Ni sujetar la suya con mi otra mano. Ni sentir su brazo rodeando mi espalda para guiarme. Hace tanto tiempo que nadie me toca así que me estremezco.
Me retiro la mascarilla, le doy un sorbo a la cerveza y me la vuelvo a poner. ¿Quién me iba a decir que echaría tanto de menos el baile?
Entretanto, mis compañeros hacen planes. Planes de cuándo retomar las clases y cuándo salir a bailar por las noches como hacíamos antes. Planes que, por ahora, no tienen mucho sentido. Somos como el agua y el aceite; podemos compartir el espacio, pero no entremezclarnos.
Se hace tarde y mañana madrugo, así que me levanto y empiezo a despedirme de todos. Hasta que nos volvamos a ver.
—Si retomas las clases, avísame, ¿vale, Enrique?
—Por supuesto, pero por ahora habrá que ver qué pasa.
Vaguedades. Es normal. Si la vida antes era incierta, ahora… Ahora es igual de imprevisible que antes, pero nos damos más cuenta.
—Sí, claro, pero no te olvides de que me debes un baile.
Le dedico una sonrisa que pretende ser seductora, pero no se ve detrás de la mascarilla. Y no me atrevo a guiñarle un ojo; demasiado descarado. Así que, sin más, me voy.
No nos damos ni dos besos. Y me alejo, imaginando un baile privado con él; una deuda que probablemente se quede sin pagar.
Este relato lo escribí para el concurso «De la traducción a la creación» de Palabras+ y la AFIE (Asociación de Funcionarios Internacionales Españoles) de 2020. El tema era «Juntos, pero no revueltos».
If you want to use the photo it would also be good to check with the artist beforehand in case it is subject to copyright. Best wishes. Aaren Reggis Sela
Yeah, great. I am the author of the photo, so I give myself permission 😛