El otro día una amiga me dijo que estaba pensando en sacarse el carné de conducir en España y, claro, después de estar tanto tiempo en India, un montón de cosas se me vinieron a la cabeza. Y aquí estoy de nuevo, para contároslas.
Uno de mis amigos de la India iba siempre en moto. Sin embargo, no tenía carné de conducir. La poli le había pillado un montón de veces, pero él les decía que se lo había dejado en casa y les daba unas rupias «para que se tomaran un café». No, no es que el examen sea dificilísimo. De hecho, en ocasiones están las repuestas en una pizarra al fondo y solo tienes que rellenar el papel con ellas y tu nombre.
Entonces, os preguntaréis qué motivo tenía mi amigo para no hacer ese mínimo esfuerzo. Pues evitar hacer los trámites. Obtener el carné conlleva pasarte un día entero haciendo cola, porque la burocracia en el país no perdona. Vamos, que el examen es fácil; llegar hasta él, muy aburrido.
De hecho, os voy a contar una historia verídica. Otra amiga fue a sacarse el carné. Vivía en el norte de la India y hacía frío, así que llevaba una sudadera y las manos metidas en los bolsillos de tipo canguro. Y así fue la conversación en la oficina de tráfico:
—Vengo a por el carné —dijo ella.
—Vale. Nombre, por favor—contestó mientras empezaba a añadir los datos en una ficha. De repente miró hacia arriba con desconfianza—: Enséñame las manos.
Mi amiga se quedó un poco cortada, pero enseguida lo comprendió y sacó las manos de los bolsillos. Todo normal, así que en pocos minutos recibió el carné provisional, tras pagar una tasa asequible. Sí, su «examen» consistió en demostrar que tenía manos.
¿Cuál es el problema de este sistema? Pues que, obviamente, a menudo no se siguen mucho las normas de tráfico. Allí, aunque se tenga preferencia, siempre hay que ir con mil ojos. Y si escucháis un claxon, puede querer decir: «Vengo y no voy a frenar, así que no os crucéis en mi camino». Como consecuencia, los accidentes causan muchas muertes. Según la OMS, en 2015, las tasa de fallecimientos en accidentes de tráfico en India era de 16,6 por 100 000, frente a 3,7 en España.